Greetings from Sister Marlita / Saludos de Sister Marlita
Before we return to Ordinary !me in our liturgical year, we have one more Sunday of special remembrance. Today, we celebrate the Feast of the Most Holy Body and Blood of Jesus, formally known as Corpus Chris!. How appropriate that we are beginning to return to the celebration of the Eucharist and receive Jesus sacramentally now.
Jesus gave us this special gift of Himself at the Last Supper with his followers. He wanted to be with them, and with us, into the future in a special way, so he instituted the Eucharist that we call Holy Communion. We are invited at each Mass to COME into closer UNION with Jesus by receiving his body and blood under the forms of bread and wine. “The bread that I give you is my flesh for the life of the world,” said Jesus. “Whoever eats my flesh and drinks my blood has eternal life, and I will raise him/ her on the last day.” That is the promise Jesus gives to us today, just as truly as he did to his disciples long ago.
We can recall that whether we come to receive Jesus at the celebration of Mass, Sunday or Friday, or whether we make an act of spiritual Communion at home, Jesus is with us in all that happens in our lives, including this !me of more isolation and distancing. Jesus NEVER distances himself from us; WE are the ones who do so at !mes through our selfishness and sin. COME, then, to that UNION. Let us thank the Lord for the gift of Himself to our lives.
Sister Marlita Henseler
Antes de regresar al tiempo ordinario en nuestro año litúrgico, tenemos un domingo más de recuerdo especial. Hoy celebramos la fiesta del San%simo Cuerpo y la Sangre de Jesús, formalmente conocida como Corpus Chris!. Cuán apropiado es que estemos comenzando a regresar para poder recibir a Jesús sacramentalmente ahora, si lo deseamos.
Jesús nos dio este regalo especial de sí mismo en la Úl!ma Cena con sus seguidores. Quería estar con ellos, y con nosotros, en el futuro de una manera especial, por lo que ins!tuyó la Eucaris%a que llamamos la Sagrada Comunión. Somos invitados en cada Misa a unirnos más a UNIÓN con Jesús al recibir su cuerpo y sangre bajo las formas de pan y vino. "El pan que te doy es mi carne para la vida del mundo", dijo Jesús. "El que come mi carne y bebe mi sangre !ene vida eterna, y yo lo criaré el úl!mo día". Esa es la promesa que Jesús nos da hoy, tan verdaderamente como lo hizo con sus discípulos hace mucho tiempo.
Aunque estamos recordando esta fiesta de una manera ligeramente diferente de lo habitual, podemos recordar que si recibimos a Jesús en el servicio de Comunión, o si hacemos un acto de Comunión espiritual en casa, Jesús está con nosotros en todo lo que sucede en nuestras vidas, incluido este !empo de más aislamiento y distanciamiento. Jesús NUNCA se distancia de nosotros; NOSOTROS somos los que lo hacemos a veces a través de nuestro egoísmo y pecado. VEN, entonces, a esa UNIÓN.
Hermana Marlita Henseler