Greetings from Sister Marlita /Saludos de Sister Marlita
We return to Ordinary Time in our liturgical year, and today we hear the wonderfully story of God calling Samuel. But Samuel did not recognize God’s voice right away until his mentor, Eli, pointed out that is was God calling. Eventually Samuel answered: “SPEAK, LORD; FOR YOUR SERVANT IS LISTENING.”
It made me wonder how many of us would say this to God: “Here I am, Lord, and I am listening to you to do what you ask!” Now that is quite a response to God’s call in our lives. Recently as I was lying in my bed, nursing the blood clot in my leg, the thought came to me: Am I really listening to what God is asking of me?” At times, God needs to get our attention in a very direct way in order for us to truly listen to what is the message. And at other times the message comes in the quiet breeze that blows through the trees. But however God gets our attention, we need to make the choice to LISTEN. God does not force us to do that.
Have some of us made New Year’s resolutions in the past weeks? Or do we just dismiss the thoughts and say that we won’t keep them anyway? Some of those urgings can be promptings from God, especially if they are about doing something good for ourselves or others around us. If it is persistent, the thought may be authentically from our loving God. We can get confirmation from others, too, to do good and walk in the way of God. Let us pray that in 2021 we will be ready to say like Samuel; “Speak, Lord, your servant is listening.”
Sister Marlita Henseler
Regresamos al Tiempo Ordinario en nuestro año litúrgico, y hoy escuchamos la maravillosa historia de Dios llamando a Samuel. Pero Samuel no reconoció la voz de Dios de inmediato hasta que su mentor, Eli, señaló que Dios lo estaba llamando. Finalmente, Samuel respondió: “HABLA, SEÑOR; PORQUE TU SIERVO ESTÁ ESCUCHANDO."
Me hizo preguntarme cuántos de nosotros le diríamos esto a Dios: "¡Aquí estoy, Señor, y te escucho para hacer lo que me pides!" Ahora eso es una gran respuesta al llamado de Dios en nuestras vidas. Recientemente, mientras estaba acostada en mi cama, cuidando el coágulo de sangre en mi pierna, me vino el pensamiento: ¿estoy realmente escuchando lo que Dios me pide? A veces, Dios necesita obtener nuestro atención de una manera muy directa para que podamos escuchar verdaderamente lo que es el mensaje. Y otras veces el mensaje llega en la brisa tranquila que sopla entre los árboles. Pero independientemente de cómo Dios capte nuestra atención, debemos hacer opción de ESCUCHAR. Dios no nos obliga a hacer eso.
¿Algunos de nosotros hemos hecho resoluciones de Año Nuevo Las semanas pasadas? ¿O simplemente descartamos los pensamientos y decimos que no los mantendremos? ¿de todas formas? Algunos de esos impulsos pueden ser impulsos de Dios, especialmente si se trata de hacer algo bueno para nosotros mismos o para los que nos rodean. Si es persistente, el pensamiento puede ser autén!camente de nuestro amoroso Dios. También podemos obtener la confirmación de otros para haz el bien y anda en el camino de Dios. Oremos para que en 2021 estemos listos decir como Samuel; "Habla, Señor, tu siervo escucha".
Hermana Marlita Henseler
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